Sé que no debería. Sé que es
tortura. Sé que nunca conseguiré nada, solo dolor y lágrimas. Pero juro que no
puedo evitarlo. No puedo evitar perderme en tu mirada y en qué se esconde más
allá, en lo profundo de tu alma. No puedo evitar preguntarme a qué sabrán tus
labios cuando pronuncian mi nombre. No puedo evitar notar la vibración de tu
voz en mi corazón, ni tu tacto suave cuando tomas de mi mano, sin ser
consciente de la tormenta de emociones que despiertas en mi interior. Quiero
que me enseñes todos tus escondites secretos, que me dejes refugiarme entre tus
brazos cuando el mundo se convierta en un lugar hostil. Quiero poder
despertarme con tu aroma en mi almohada y que seas capaz de quererme en mis
peores momentos. Quiero merecer tu amor, tu atención, tus besos, tus caricias,
tu precioso tiempo. Quiero que construyamos nuestro propio mundo aislado de
todo lo demás. Quiero soñar y, junto a ti, descubrir el misterio que le da
sentido a esta vida.
Aunque debo confesar que todo
esto no son más que ensoñaciones de una idiota adicta a amores imposibles.